Degradación humana, decadencia cultural y desorientación

Degradación humana, decadencia cultural y desorientación

Anderson Peña

HABLANDO CLARO. – En mi ejercicio como Abogado, en el proceso empírico de la investigación periodística y la búsqueda de conocimiento me he topado con personas, actitudes y temas que me dejan marcado por que riñen con mi concepto, filosofía y visión de la vida. más reciente de los hechos fue cuando leí que una figura “Popular” de redes sociales, que mal llaman influyente, luego de todo el ataque en sus propias redes y en diversos medios de la vida nacional, le dan a entender que, entrevistar a una prostituta para que diga como hace el acto sexual y un delincuente como hizo para atracar a X persona, no es información, ni comunicación, ni entretenimiento, es simplemente una distorsión mental influenciada por el lucro económico y la fama.

Procurando sanar esto, la figura «Popular» de las redes sociales, informa que hará un concurso para que estudiantes hablen de “cultura universal”, un dominicano que no conoce la historia de su país, quiere premiar por hablar de cultura universal, y peor aún, siendo, como lo es, una figura conocida en diversos países, ¿por qué no usa esa influencia para dar a conocer la cultura de la República Dominicana y así presionar para que no seguir con la decadencia cultural?

Lo que llamo, la democracia electrónica, publican actitudes de personas con distorsión mental, para mi filosofía de vida, pero que jóvenes que desde que nacieron y de padres que no saben manejar el control de sus hijos, se han desarrollado como un tema normal, tengo que escuchar a una joven decir, por un problema que tuvo con su pareja sentimental, “por eso, a veces, es mejor estar con una mujer”, implica que la falta de orientación a temprana edad, supervisión de sus padres o algún abuso contra ella, esa joven ve normal el aberrante sexo con similar sexo.

La sociedad universal, la americana y dominicana vive un proceso de degradación humana tal, que hay que luchar fuertemente para no dejar que nuestras generaciones pierdan la razón del humano en este mundo.

No quieren merengue universal, ni bachata, música latina como la salsa, no la quieren universalizar, solo quieren un género, degradado, sin lirica ni melodía, que incita al desenfreno, la violencia y la vida pecaminosa, vidas y actitudes que siempre han existido, pero eran aisladas, aborrecidas y anónimas.

La democracia electrónica nos obliga a supervisar para orientar en lo humano y olvidarnos de lo material.

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